29 de agosto de 2014

Todo ha cambiado.


El momento más duro es aquel en el que llegas a darte cuenta de que no te conoces, bueno, mejor dicho, no te reconoces. 
Cuando, hasta esa persona que te mira fijamente desde el otro lado del espejo te resulta extraña, a pesar de haber estado siempre ahí. 
Cuentas y revisas los días que han ido pasando, pero déjalo, es imposible saber en qué momento cambiaste, en qué momento giró el mundo, y tú con él, arrastrando a quienes estaban por medio en ese preciso momento. 
Te preguntas cuándo todo empezó a cambiar. 
Y no hallar la respuesta es tan duro como echar de menos lo que eres, o más bien, lo que un buen día llegaste a ser.
Llueve.
Vamos a la calle y empápate conmigo. Y bésame. Deprisa.
Deja que acaricie tu cuello, que escriba en tu piel mis fantasías.
Déjame enredarme con tu pelo, y hacer caminos por tu espalda con millones de caricias.
Da un paso más hacia mí.
Conóceme.
Enamórate.
Haz que me enamore de ti.
Sonríe, me encantan las sonrisas.
Baila conmigo mientras las gotas de lluvia nos rodean.

Voy a escribir nuestra historia por el suelo mientras caminamos.

Abrázame cuando me asusten los truenos y quédate conmigo contemplando los rayos.
Duérmete a mi lado, en todos los portales de Madrid.
Acércate a mi cuerpo, provoca escalofríos por mi espalda.
Voy a alimentar mis locuras con tus pensamientos.
Voy a hacer eternas nuestras despedidas.
Voy a robarte el más excitante de los te quieros.

Lame mis heridas.
Llévate el eco de mi voz en los bolsillos.
Regálame el sabor de tu piel.
Hazme sufrir.
Conviértete en la fuente del placer.
Sueña que sueño contigo.
Y despiértate, despiértate rodeando mi cintura con tus dedos.

Despiértate. y enciende mis mejillas con tus besos.

28 de agosto de 2014

Happily ever after.

Los libros, películas y demás fantasías siempre acaban cuando la chica y el chico se encuentran, o reencuentran, y su relación parece perfecta.

Es una gran mentira. Ojalá lo más difícil de la vida fuera ese tiempo en el que estás buscando a alguien que te ayude a no sentirte solo, esa persona que te entienda, que te cuide y que te quiera.

Es justo lo contrario, el “vivieron felices y comieron perdices” es la parte más complicada de todo el cuento, y hemos crecido pensando que una vez se llega a ese punto ya toca simplemente ser feliz.


Qué ilusos.

27 de agosto de 2014

Y este miedo me define.


Tengo pánico a los baches, a los altibajos. A las crisis.
Les temo a la soledad y a las matemáticas de la vida. Tengo miedo a los horarios, a la vida estructurada y planificada. Una embriagadora rutina o un monótono día a día.
Temo al chocolate negro pero no soy ni mucho menos racista. Temo a quien se esconde bajo su paraguas pero no a la lluvia. Le tengo miedo a la costa, pero no al abrupto mar. Tengo miedo a las profundidades de cualquier superficie. Tengo miedo a lo desconocido, pero me despierta curiosidad.
Una bochornosa mezcla de sensaciones, en realidad, lo supera todo.
Tengo pánico a las distancias, y aún más a las despedidas. Temo las discusiones, las rupturas. Las heridas mal curadas y la falta de remedios. Soy precavida y prudente hasta la exageración, y me asusta lo que eso me consume. Siempre tengo un segundo plan, una excusa, una carta escondida.
Me da miedo nuestra generación y su futuro. Tengo miedo de no ser feliz. De ser una mas del montón. De no llegar a lo que aspiro, aunque eso a menudo lo olvide.
Me asusta el poder de las palabras, pues descubrí que también pueden ser puñales. Temo lo sospechoso, los secretos. Pero amo los susurros, las confesiones al oído, las complicidades y los guiños. No temo las lagrimas, pero si los sollozos.
Te temo. Temo tu fugacidad y a la vez tu espera. Temo tu pensamiento, tus planes, tus jugadas. Porque me superas tanto que no llegas a comprenderme. Incluso tanto que me comprendes demasiado. Adoro tu sencillez pero me asusta tu complejidad.
Me asusta el paso del tiempo, el desaprovechamiento de este. Temo las letras pero las amo. Temo las artes pero me fascinan.Temo los recuerdos, pero formo parte de ellos. Tengo miedo de las falsas apariencias, pero soy una de ellas.

No me asusta la muerte, pero sí el día en que deje de lado mis miedos.

25 de junio de 2011

Olvidar.

¿Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento de nuestras vidas? ¿Cuántas veces deseamos vivirlo todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar? Si deseáramos en algún momento perder la memoria y aferrarnos a la frase “comenzar de nuevo”, ¿cuántas cosas no perderíamos? El calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez. Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos mas cálidos, el día en el que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso o la sonrisa mas esperanzadora… ¿Vale realmente la pena perder la memoria?

12 de mayo de 2011

I am!

"There is a place like no place on earth. A land of wonder, mistery and danger. Some say to survive it you need to be as mad as a hatter... which luckily... I am."

10 de mayo de 2011

Autocontrol.

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
-Aristóteles.