9 de enero de 2011

That's all I'll ever be.

I'm only as humane as someone can be I'm an individual. Also known as 'me' I'm brave and courageous, but sometimes a little shy. I act a little strange and I don't understand why. I happen to be quite loud, I can get attention in the middle of a crowd. If I have a problem I won't hold back but self control may be something I lack. I'll fake a smile when I really need to cry, if you ask if I'm okay, I'll simply just lie. I'm afraid to be hurt, I'm afraid to love but one day those fears will vanish and I'll finally rise above.
I'm prefectly imperfect and that's okay, I've learned to deal with it day after day. I'm someone with flaws, as you can see. But I'm just myself, that's all I'll ever be.

This is me.

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

8 de enero de 2011

Instrucciones para no echar de menos.

A veces, no hay dolor más fuerte que el no causado, el no sentido y el no vivido. Entonces, es cuando uno se da cuenta de que lo que hace daño no es el sufrimiento, sino el vacío. El hueco de las conversaciones nunca habladas cuando sin esperarlo te viene a la memoria un recuerdo. El espacio sin rellenar de ese beso no dado, que estás seguro que sabe a menta o a fresa o a mango, con una cantidad de saliva justa y respiración acompasada.

A veces es un hueco de abrazo el que se siente. Notas como un regazo vacío te rodea. Algo que debería estar y no está, y que duele. Un desarrebujo del alma.

Comienzas a pensar y te das cuenta de que eres puro hueco, agujero negro en estado puro. Un queso gruyere de sentimientos, caricias, dedos, susurros, sueños, vivencias, risas. Y por cada espacio se derrama un dolor o se te clava una aguja..., y duele. Es por esto que, aún a sabiendas de lo imperfecta de mi aspiración, voy a intentar escribirme/te unas instrucciones a seguir para, al menos intentar, no echar tanto de menos:

1.- Queda terminantemente prohibido escuchar canciones de amor o con letras mínimamente sensibles. Aunque, ¿realmente, eso importa? Estoy segura de que si escuchara una canción cuyo tema principal es que al protagonista le parta un rayo, imaginaría su preciosa cabeza, tan llena de ideas, tan sonriente, tan, tan, tan suya..., encantadoramente partida. Conclusión: queda terminantemente prohibido cualquier tipo de música.

2.- No leer nada que te recuerde a la persona en cuestión. Por supuesto, ni se te ocurra ojear algo de lo que tu cariño te ha escrito en un arranque de amor. Olvida también a Neruda y demás canciones desesperadas..., pero no creas que así vas a conseguir estar totalmente a salvo, no..., sigue alerta. El subconsciente es muy sagaz, buscará la manera de llevarte a algo que en algún momento te comentó..., quizá la reproducción de la araña gigante senegalesa o cómo superar las alergias a los gatos de angora..., no bajes la guardia. Creo, pues, que ante esta disyuntiva, lo mejor para eso es, directamente, no leer.

3.-Intenta olvidarte del sexo. Puedes conseguirlo. Piensa que esa zona de tu cuerpo se ha evaporado, flota en el limbo, como un nonato. ¿Sonríes? Sí, es cierto, quizá sea una propuesta un poco ilusa, sí, ahora que lo dices, yo también me estoy riendo..., pero ¿qué solución encontrar entonces? Si las ganas te arrebatan y no está, nada sirve. Mata las ganas, pues..., pero, ¿cómo? A ver, se me ocurre a bote pronto que lo que está claro es que hay ciertos elementos indispensables a evitar: voz, imagen y olor. En el caso de ponerte en contacto con alguno de estos elementos, ten por seguro que sí, sucumbirás. Y no hay peor hambre que la del hambriento de ausencias, ni peor sed, que la del sediento de hambre. Advertido estás...

Y llegados a este punto, sólo me queda decir, que si me leo y releo pienso que para no echar de menos debo dejar de oír música, no leer, olvidar el sexo... Creo que la única manera de no echar de menos, pues, es no queriendo o muriendo. Y vamos a ver... ¿quién puñetas quiere eso?

5 de enero de 2011

Mira con atención. Corre.

¿Estáis mirando con atención?

El cielo tiende a estar cada vez más encapotado. Una mujer corre, dobla una esquina, pasa a vuestro lado dejando una ligera alteración térmica tras de sí, casi imperceptible. ¿De qué está huyendo esa mujer? Viste como cualquier otra, o eso creéis hasta que echáis un vistazo y os dais cuenta de que no hay dos personas a vuestro alrededor que vistan de la misma manera. Así pues, la mujer llevaba tejanos, hasta ahí podéis recordar; una chaqueta de un color indefinido a la memoria, pero sin duda gruesa. Hay más gente transitando por la misma calle que vosotros. Algunos se vuelven y miran en dirección a la mujer que corre.

¿Estáis mirando con atención?

Flota una sensación de extrañeza en el ambiente, el preludio de una tormenta largamente esperada. Os sentís tentados a arrancaros los auriculares del iPod de los oídos, pero quizá entonces todo se desvanezca. El iPod no es sólo un reproductor de música, es un alterador automático de estados de ánimo: basta girar la ruedecilla del selector para dar con el ritmo, el compás y las notas que desencadenarán toda una serie de procesos incomprensibles, más o menos automáticos, que harán que la música y las palabras produzcan una reacción en el cerebro, el cual ordenará secretar las sustancias adecuadas (asignadas por recuerdo) que os transportarán al estado mental necesario, a veces determinado por el artista, otras por vuestra (pobre y limitada) experiencia propia. En estos nuestros tiempos de gloria, podemos alterar el entorno, pues el entorno no existe más allá de cómo lo percibimos, gracias a la ultima tecnología de entretenimiento. Nada es tan inocente como parece. Buscad la función Shuffle (generador de pistas aleatorio) y seguiréis vuestro camino a través de una banda sonora estructurada por el simple azar. Prestad atención y, en algún momento, acabaréis sufriendo la alucinación del decondicionamiento. Así de bueno es el progreso.

¿Estáis mirando con atención? ¿Seguro?

La mujer que corre se ha parado en el semáforo para peatones. Ante ella, los cuatro carriles que separan una acera de la otra son demasiada amenaza; la urgencia no podrá evitar que la atropellen, a pesar de todo, y la mujer se ve obligada a obedecer, como todos los demás.
Pero por aquí cerca no hay ninguna calle de cuatro carriles… ¿Qué está pasando? Imagináis que la mujer ha llegado a alguna parte, cuando ya hace un rato que ha salido de vuestras vidas; imagináis que la mujer está preocupada porque parece que en breve va a empezar a llover y seguro que tiene ropa tendida que recoger; imagináis que la mujer llega tarde a una cita; imagináis que huye de alguien, de algo, de todos, de sí misma, de su imaginación… Imagináis que en algún momento hubo una mujer pero, siendo honestos, ahora estáis solos delante de la pantalla del ordenador, leyendo esto y (con un poco de suerte) os preguntáis:

¿Estoy mirando con atención?

Separad la vista de la pantalla…
No pasa nada, las letras seguirán aquí cuando volváis…
¿Ya?

¿De todos los objetos en los que habéis posado los ojos en estos últimos segundos, el espacio de tiempo que habéis apartado las narices del monitor, cuántos podéis recordar? Intentad no hacer trampa, sed sinceros con vosotros mismos (a mí me da igual, yo no estoy aquí, al fin y al cabo) y enumeradlos. ¿Cómo es de larga la lista? ¿Creéis que sigue algún criterio? ¿No? ¿Cuántos de los objetos que recordáis son cosas que de verdad, en algún momento, os apetecía tener cerca, que “necesitabais” cerca del lugar en el que os encontráis a algún nivel, ya sea por mera cuestión funcional, decorativa o sentimental, y cuántos están ahí por estar, sin que seáis capaces de recordar cómo han llegado al ocupar el sitio que ocupan? ¿Seguís creyendo que vuestra atención se centra en cualquier cosa, sin obedecer a criterio alguno? ¿Que la realidad no depende de cómo la interpretéis?

¿Estáis mirando con atención?

Hace tiempo que no veo a la mujer que corre, porque la mujer que corre es alguien a quien una vez consideré mi mejor amiga, pero que derivó hacia un destino tan diferente al mío que ahora casi parece que nuestro tiempo compartido fue sólo una ilusión.
Estas últimas semanas, me he despertado cada mañana sintiéndome como si acabase de jugar a una extraña ruleta rusa, creyendo por una fracción de segundo que el día anterior había sido el último y que al fin, por los pelos, me había librado de mí mismo, de ser quien soy. Pero entonces vuelve la conciencia, el sistema se reinicia y ahí estoy, la misma cara delante del espejo y casi todo sigue como hasta la fecha, rezando por que nada empeore aún más.
Me quedo con la idea de que una vez fue mi amiga, de que ahora las dos hemos avanzado, de que ya no lo es. Es importante perder amigos. Madurar es un raro proceso de solidificación que lleva a la esencia de la unidad no-dependiente.

¿Exactamente, qué es lo que miráis cuando miráis?

Los prestidigitadores preguntan “¿Estáis mirando con atención?” justo antes de dejarle a uno con la boca abierta, antes de que la magia haga efecto y el prodigio culmine. No, no estábamos mirando con atención. Por eso funciona.
No, no miramos con atención y por eso el vertedero del subconsciente está lleno de anuncios de libros que en realidad no queremos leer, de comida que no queremos comer, de chismes último modelo que no comprendemos ni necesitamos, de logotipos, productos, imágenes corporativas que, en alguna extraña y retorcida manera, nos definen pero no del todo… De COSAS que se quedan fuera del campo retentivo de la memoria a corto plazo, como si ni siquiera las viésemos.

¿Estáis mirando con atención? ¿Quién es la mujer que corre, para vosotros?

Todos tenéis a alguien escapando en alguna parte. Un símbolo. Un amigo perdido. Un ídolo con el que mediros el lomo.

Negarlo, a estas alturas, sería una peligrosa estupidez.

Es importante saber qué no es amor.

Mucho se habla sobre el amor, amistad y pasiones es bueno meditar también sobre lo que
NO ES AMOR:

Si necesitas alguien para ser feliz, eso no es amor.Es carencia.
Si tienes celos, inseguridad y haces cualquier cosa para mantener a alguien a tu lado, aún sabiendo que no eres amado, y dices que crees en esa persona, pero no en los otros, que te parecen rivales, eso no es amor. Es falta de amor propio.
Si crees que tu vida queda vacía sin esa persona; no consigues imaginarte solo y mantienes una relación que se acabó sólo porque no tienes vida propia, eso no es amor. Es dependencia.
Si piensas que el ser amado te pertenece; te sientes dueño y señor de su vida y de su cuerpo; no le das la oportunidad de expresarse, de decidirse, sólo para afirmar tu dominio, eso no es amor. Es egoísmo.
Si no lo deseas; no te realizas como hombre o mujer con esta persona; prefieres no tener relaciones íntimas con esa persona, sin embargo sientes algún placer en estar a su lado, eso no es amor. Es Amistad.
Si discuten por cualquier motivo; se mueren de celos uno del otro; ni siempre hacen los mismos planes; les falta acuerdo en diversas situaciones; no les gusta hacer las mismas cosas o ir a los mismos lugares, pero hay un deseo de estar íntimamente juntos, eso no es amor. Es DeseoSi tu corazón late más fuerte; el sudor se pone intenso, tu temperatura sube y baja vertiginosamente, sólo en pensar en la otra persona, eso no es amor. Es Pasión.


Ahora, que ya sé lo que no es amor, es más fácil.

Fui, soy, seré.

He perdonado errores casi imperdonables, he intentado sustituir personas insustituibles y olvidar a otras inolvidables. He hecho cosas por impulso. Me han decepcionado personas que nunca había pensado que lo harían, pero también yo he decepcionado a otras. He dado abrazos para proteger a alguien del mundo. Me he reído cuando no podía, he hecho amigos eternos, he amado y he sido amada, pero también he sido rechazada y he sido amada y no he amado. He gritado y saltado de felicidad, he vivido de amor, he hecho juras eternas y me he caído muchas veces. He llorado escuchando alguna canción, y viendo fotos, he llamado a alguien solo para escuchar su voz y me he enamorado de alguna que otra sonrisa. He pensado que me iba a morir de tanto echar de menos y no lo he hecho, he tenido miedo a perder a alguien que creía conocer, lo he perdido y no me ha importado. He tomado decisiones importantes y no tan importantes que han cambiado en muchas ocasiones el rumbo de mi vida. He decidido vivir así, con la gente que me quiere, al fin y al cabo es la que me hace feliz.

3 de enero de 2011

Esperanza...


Escuchando: Inside Out- Yellowcard (Me ha inspirado)

La esperanza no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de encontrar las soluciones, que nos brinda la vida cotidiana. Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán, y las dificultades se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación absoluto de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.

Cuando el amor profundo de tú vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas..... el mensaje no es que no te lo mereces..... el mensaje no es que no eres importante..... el mensaje es que tú mereces algo mejor. Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas ó esperas, no lo veas como rechazo o mala suerte.... simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a algo mucho mejor de lo que esperabas obtener de la vida.

La vida está hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras distintas o diferentes. Algunos, buscamos amor, paz, armonía, comprensión, ternura. Otros sobrevivimos día a día, semana a semana, mes a mes, y de año a año. Pero no hay momentos más plenos que aquel en el cual descubrimos con alegría, que la vida , con sus constantes alegrías, y sus penas, debe ser vivida a plenitud día a día.
Aunque vivamos en una mansión de cuarenta cuartos, rodeados de riquezas y siervos los cuales nos sirven a plenitud o en una choza humilde, o luchemos de mes en mes para pagar el alquiler, tenemos el poder absoluto de estar totalmente satisfechos, y vivir una vida con verdadero significado.
Día a día, semana a semana, mes a mes, año a año, tenemos ese poder absoluto, gozando cada momento que nos ofrece la vida, y regocijándonos de cada sueño. Porque, cada día es nuevo y flamante, y podemos empezar de nuevo y realizar todos nuestros más anhelados sueños, en un mundo futurista.